¿Qué es un crédito recurrente y cómo puede impulsar tu negocio?

En el amplio universo de las soluciones de Konfío, existe una que sobresale dentro de las estrategias de business intelligence más importantes para crecer un negocio a través del tiempo, hablamos de los créditos recurrentes.

Estos son una opción de financiamiento que permite a los emprendedores pasar al siguiente nivel de su evolución: por ejemplo, consideremos a una persona física con actividad empresarial (PFAE), que a través del financiamiento de gastos fijos en capital trabajo logra posicionarse como una persona moral (PM), pasando de ser una microempresa a una Pequeña y Mediana Empresa (pyme).

Esto es crítico en un momento como el actual, en el que precisamente la falta de liquidez y/o capital de trabajo se convierte en el principal motivo de fracaso de los emprendimientos en México, esto de acuerdo con los resultados de la «Radiografía del emprendimiento en méxico 2022«, elaborada por Asociación de Emprendedores de México (ASEM).

Dicho esto, lo primero que debemos definir es:

¿Qué son los créditos recurrentes?

Usemos un recurso narrativo para ilustrar esta historia: imaginemos a Juan García. Un emprendedor que fundó su negocio dentro de la industria de la construcción hace poco más de dos años. Su pyme se dedica a la construcción de obras de energía eléctrica para diferentes inmuebles comerciales, institucionales y de servicios en el centro del país.

Juan García ha registrado un crecimiento en sus ingresos; de hecho, durante el primer año de operaciones, Juan accedió a un crédito en Konfío, en primer lugar para ejecutar proyectos que surgieron durante la pandemia, pero que como efecto subyacente de la misma, no contaba con la liquidez para desarrollar. Digamos que ese crédito inicial fue por $300,000, de los cuales Juan ya pagó la mitad, o sea $150,000.

Pues bien, un crédito recurrente es la oportunidad que tiene Juan García de acceder a capital adicional al que tuvo en su primer crédito antes de terminar de liquidar en su totalidad el mismo. Una vez que Juan lo solicita, se evalúa la posibilidad de otorgarle una línea de $300,000 adicionales, por lo que al final del día obtiene un nuevo crédito por $450,000; es decir, se refinancía el saldo pendiente ($150,000), y se incrementa el resto.

Como consecuencia, Juan podrá refinanciar el saldo que tiene pendiente y aprovechar más capital de trabajo para continuar con sus siguientes proyectos.

Las ventajas de un crédito recurrente

Por eso es que un crédito recurrente abre la oportunidad de tomar nuevas rutas para llevar el negocio al siguiente nivel de su maduración. Digamos que en términos más formales, en esta nueva línea de capital de trabajo, el remanente vigente se refinancía y le deja a Juan García la libre disposición de nuevos fondos al momento de tomar ese crédito recurrente, como un juego de poner y tomar en la pirinola.

Al tratarse de capital de trabajo, un crédito recurrente debe de tener un propósito específico empresarial. Por ejemplo, en el caso de Juan, su negocio puede reabastecer su stock de material de construcción, ampliar su almacenaje y logística, pagar más nóminas, quizá comprar maquinaria nueva, o cualquier gestión que necesite dentro de la compañía.

De esta manera, esta oportunidad de financiamiento puede ser utilizada con inteligencia para las metas de crecimiento; por ejemplo, considerando el plazo de 12 meses, cada 3 meses de pagos puntuales le dan la oportunidad de disponer de nuevo de lo que ya pagó. Así, Juan estará convirtiendo su crédito recurrente en una especie de «crédito revolvente«, en el cual básicamente pagas solo la cantidad que vas retirando. 

Bueno, ¿y qué se necesita para obtenerlo?

Ahora bien, para que Juan García accediera a su crédito recurrente tuvo que haber pagado más del 25% de su crédito inicial, al tiempo que tuvieron que haber pasado más de 3 meses desde que recibió ese primer financiamiento de capital de trabajo; es decir, el buen comportamiento en tiempo y forma de los pagos es vital. También, desde luego, se realiza una evaluación de los ingresos que Juan reporta ante el SAT, así como su historial crediticio con el ecosistema financiero.

Llegados a este punto hay que tomar en cuenta dos cosas: a través de la oportunidad de créditos de capital de trabajo, Juan registró un crecimiento, es decir se organizó, mejoró su performance crediticio y sus ingresos, por lo cual fue un buen candidato para contar con una línea recurrente. ¡Bien ahí, Juan!

Pero también es válido que, una vez solicitado el primer crédito, quizá el crecimiento no sea el esperado; en ese caso, quizá lo más conveniente sea tomar una pausa, mejorar la estrategia de negocio y pasados unos meses analizar la posibilidad de tomar el camino del crédito recurrente para triunfar, ampliar las operaciones y llegar al top empresarial.

En conclusión, seamos como Juan García

A Juan García, el primer crédito le permitió sentar las bases como persona física con actividad empresarial  (PFAE); luego, él decidió ser de ese 30% de clientes de Konfío que ya aprovechan la alternativa del crédito recurrente y lo hizo bien, por lo que ese segundo capital de trabajo lo llevó de PFAE a ser una persona moral (PM). Por eso, seamos como Juan. 

Aunque claro que muchos emprendedores probablemente estén en la primera parte de esta historia, por lo que para ellos, acceder a un primer crédito con Konfío será el paso inicial. Hablamos de un crédito empresarial de hasta 3 millones de pesos, sin garantías, con tasa fija. ¡Hoy los pides, hoy lo tienes! Juan García lo recomienda.

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