¿Cómo aplicar las medidas de la Nueva Normalidad?

¿Cómo aplicar las medidas de la Nueva Normalidad?

Para el regreso a las oficinas las cosas no volverán a ser igual que antes. Ahora será necesario que las empresas cuenten con ciertos requisitos e instalaciones físicas para poder operar de acuerdo con los estándares de la ley. Además, también será necesario que cuenten con algunas medidas y protocolos para saber cómo responder ante determinadas situaciones. 

Antes de comenzar a hacer cambios, invertir en equipamiento y crear un nuevo reglamento para la empresa; las compañías deben hacer una autoevaluación sobre cómo se encuentran sus medidas de higiene, protocolos de seguridad y los espacios de trabajo. Existen cuatro dimensiones que se deben evaluar al momento de realizar un plan de regreso a las labores tradicionales. 

Si la actividad que realiza la empresa es considerada como esencial por parte de la Secretaría de Salud (SS) se puede regresar a las actividades con las medidas pertinentes y aunque el semáforo se encuentre en rojo. Eso sí, cumpliendo los protocolos de seguridad para evitar que se propague cualquier tipo de virus. 

En el rubro de actividades esenciales se encuentran las que participan en la industria médica, farmacéutica, manufactura de insumos, seguridad pública y protección ciudadana, procuración e impartición de justicia, entre otras. Estas tienen permitido regresar a oficinas bajo ciertas condiciones. Una de estas es la cantidad de colaboradores permitidos de acuerdo con el tamaño de la empresa, industria y cantidad de colaboradores. 

Por ejemplo, una micro empresa puede regresar a labores hasta con 10 colaboradores. Mientras que una industria grande tiene permitido hacerlo con 251 empleados en adelante. Respecto a los protocolos de seguridad, hay una probabilidad de que estos varíen por sector. Pero mientras se llega a un acuerdo al respecto, los lineamientos base incluyen los recursos de capacitación impartidos por el CLIMSS y las asesorías brindadas por el IMSS. 

Otro punto clave en este regreso a los espacios de trabajo son las personas vulnerables. Estas se definen como las personas con mayor probabilidad de contagiarse del virus. Entre ellas se encuentran las mujeres embarazadas, personas con problemas de obesidad, diabetes, hipertensión, cáncer, discapacidad con trasplante, VIH, enfermedades hepáticas, pulmonares, trastornos neurológicos y personas mayores a 60 años.

Se necesita identificar a las personas que cumplan con estas características para ajustar su flujo de trabajo, ya que mientras el semáforo se encuentra en rojo estas personas deben permanecer en casa. En ese caso, se tendría que aplicar el Home Office. Pero, si por alguna razón el trabajo remoto no es una opción para estas personas, la empresa debe garantizar:

  • Un equipo personal de protección desechable.
  • Disposición permanente a soluciones a base de alcohol y gel.
  • Tener una distancia mínima de 1.5 metros de distancia entre cada estación de trabajo. 
  • Ofrecer un horario flexible de ingreso y salida con el objetivo de evitar el horario pico en el transporte público. 
  • Definir zonas exclusivas para ellos en las áreas comunes como salas, comedor o vestidor. Si no se puede entonces brindar un horario diferente. 

 

También se debe fomentar el cuidado médico de estas personas, por lo que la empresa debe ser lo suficientemente flexible como para permitir que las personas vulnerables acudan constantemente a revisión de sus padecimientos. Eso sí, la discriminación por su enfermedad está completamente prohibida. 

Para aquellos que cuidan de pequeños, adultos mayores o de otras personas vulnerables, también deben recibir medidas que faciliten su reinserción al área de trabajo cuando el semáforo esté en naranja o en amarillo. 

Las medidas generales que los patrones deben cumplir son:

  • Brindar información sobre COVID y sus mecanismos de contagio. 
  • Crear campañas de sensibilización sobre el porqué es importante no ir a la oficina cuando se tengan malestares. 
  • Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón. 
  • Realizar el estornudo de etiqueta y la importancia de usar un cubre bocas. 
  • Resaltar que no se debe tocar la cara, ojos, nariz y boca con las manos. 
  • Limpieza y desinfección constante de espacios comunes dentro de la oficina. 
  • Mantener la sana distancia de 1.5 metros al realizar interacciones. 
  • Diseñar un programa de capacitación del personal sobre acciones para evitar la propagación del COVID en la oficina. 

 

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