Si estás pensando en pedir tu primer crédito empresarial, te interesará conocer cómo funcionan las tasas de interés en un préstamo y cómo afecta a tus finanzas. Especialmente en un contexto de mercado inestable.
Pero a continuación te vamos a dar un buen argumento para perderle el miedo a un Crédito empresarial, porque conociendo las ventajas que te entrega una tasa fija de interés, no tendrás nada que temer.
Diferencia entre tasas: Fija y variable
Como sabrás, todos los préstamos que otorgan las instituciones financieras, tienen una tasa de interés, que es un porcentaje del monto total que pagarás por el uso de ese dinero. Sin embargo, existen dos tipos de tasas para un préstamo: fija o variable.
Una tasa variable, usualmente, se va actualizando mensualmente, pero su comportamiento es totalmente impredecible, según el contexto económico. Si bien a veces son más atractivas, porque suelen ser más bajas que una tasa fija, el riesgo que representan es mayor, sobre todo en un escenario como el actual, con inflación de por medio.
Un escenario que arroje señales de inestabilidad al mercado bursátil, como conflictos bélicos, inflación o escasez, por mencionar algunos, hará que la tasa de interés variable tenga un incremento constante.
Por otro lado, una tasa fija, te asegura que la tasa pactada en el contrato se mantendrá por el plazo determinado, lo que te da la tranquilidad de saber exactamente cuánto pagarás de interés por la duración del contrato. Esto, aporta certeza a cualquier empresario que desee planear sus finanzas en un proyecto de largo plazo.
La tasa de interés fija, no cambiará, siempre y cuando el pago de la deuda se formalice dentro del plazo estipulado, no haya modificaciones en la solicitud ni exista un retraso en los pagos.
¿Por qué te conviene una tasa fija?
Ante una economía inestable, y además con la aventura que representa tener tu propio negocio, no querrás agregar más incertidumbre a la operación de tu empresa, por eso una tasa fija otorga mayores ventajas si vas a pedir un crédito empresarial.
Por un lado, te permite planear tus pagos ya que tendrás claridad de exactamente cuánto tendrás que pagar y así no caer presa de las sorpresas del contexto económico mundial y local.
Esto quiere decir, que sea cual sea la situación, tu sigues pagando la tasa fijada en el contrato por el tiempo de duración de este. Así puede estar tranquilo, todo se mantendrá bajo control.
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