Los precios de la gasolina y del diésel pueden aumentar o bajar por factores diversos, ajenos al control de las Pymes que dependen de combustibles para sus operaciones y que representan uno de sus mayores gastos. Sin embargo, hay medidas que sí están a su alcance y pueden aplicarlas para un control más estricto en este rubro.
Los precios internacionales del petróleo, el nivel del dólar, los subsidios, impuestos y estímulos fiscales, el clima, la ubicación de gasolineras, hasta conflictos internacionales y otras situaciones pueden influir, de manera individual o en conjunto, en el costo de los combustibles.
Las cifras oficiales indican que durante los primeros tres meses de 2023 el volumen de ventas de gasolinas pasó de 625 mil 357 barriles diarios en enero, a 641 mil 826 en febrero y a 647 mil 152 en marzo, incremento relacionado, según algunas opiniones, con un aumento de la actividad económica. En el país hay alrededor de 13 mil gasolineras.
Los precios se han incrementado en las dos últimas décadas, con algunos “escalones” cortos de descenso. Para tener un panorama, en enero de 2009 los precios de las gasolinas Magna, Premium y del diésel fueron de 7.72, 9.57 y 7.53 pesos por litro, respectivamente. Al 18 de mayo de 2023 llegaron a 21.96, 24.25 y 23.7 pesos por litro en promedio, en ese orden.
Todas las Pymes son sensibles en mayor o menor medida al aumento de los precios de los combustibles, pero resultan más impactadas las que los usan de manera intensiva para sus operaciones, como en transporte de mercancías y personas o en procesos de producción.
No obstante, la tecnología genera cada vez más alternativas para que las pequeñas y medianas empresas (Pymes) controlen al máximo, reduzcan o en algunos casos sustituyan el uso de gasolinas y diésel en sus operaciones, en su producción y en el transporte.
Los vehículos
Los vehículos eléctricos ofrecen a las empresas distintas ventajas. Pueden ser diseñados a la medida, empleados para transporte de carga o personas, tienen menores costos de mantenimiento, no requieren verificación, tampoco contaminan y presumen una larga vida útil.
Si la sustitución de vehículos con motor de gasolina o diésel a eléctricos no es una posibilidad por el momento, es recomendable al menos invertir en el mantenimiento adecuado de la flota existente para evitar consumos excesivos de combustibles y averías por negligencias o uso incorrecto.
Las rutas
Planear de principio a fin las rutas que siguen los vehículos de las empresas puede ser difícil en ciudades debido a congestionamientos y otros incidentes, pero en términos generales apegarse a lo proyectado genera ahorros.
Las carreteras tampoco están exentas de situaciones adversas y conviene tener rutas alternas, así como invertir en sistemas de rastreo y comunicación que impidan o justifiquen los desvíos o cambios en los trayectos. Adicionalmente, debe evitarse que los vehículos sean usados para actividades personales, ajenas al negocio.
La conducción
La conducción apegada a los reglamentos de tránsito y a los manuales de los propios vehículos hacen posible un consumo menor de combustibles, reducen las averías, aumentan su vida útil y disminuyen los riesgos de accidentes.
Los “arrancones”, la “carreritas” y otras acciones similares no sólo incrementan los gastos en combustibles, sino que además pueden generar accidentes, poner en riesgo la salud y la vida de trabajadores y otras personas, y generar costos adicionales, a veces incalculables, que pegan tanto a las finanzas como a la reputación de las empresas.
La producción
La energía eléctrica es más utilizada en los procesos de producción, pero los combustibles aún son importantes para algunas actividades y situaciones.
Por ejemplo, hospitales y fábricas requieren flujo continuo de energía y necesitan plantas de emergencia que pueden funcionar con diésel, gas o gasolina, en caso de una suspensión de electricidad. La planeación en este renglón también genera ahorros.
Pago con tarjeta
El pago con tarjeta de crédito, débito o servicios es la herramienta más útil para el control total de gastos en gasolinas o diésel. Además, es indispensable si se pretende realizar una deducción de impuestos.
Las Pymes que buscan un control en sus gastos de combustibles o mantenimiento que genere ahorros pueden contar con la tarjeta empresarial Konfío, con la que se pueden asignar límites de gasto y personalizar presupuestos. Y aquellas que están listas para reemplazar sus vehículos a gasolina o diésel pueden solicitar a Konfío créditos desde 150 mil hasta tres millones de pesos.