El ahorro implica disciplina, regularidad, previsión y fuerza de voluntad. No se trata nada más de quitarnos un gustito hoy para guardar en una caja esos $100 pesos. Va mucho más allá que “el no gastar.” Es necesaria una intención, un objetivo; de lo contrario el ahorro cae en saco roto y nos lo gastaremos en cuanto tengamos alguna urgencia no tan importante.
Ahorrar es bueno, pero difícil… Y no sólo para los que ganamos poco.
¿Y por qué hablamos del ahorro en Konfío? Porque lo que nos interesa no es sólo otorgar préstamos. Sino realmente aportar algo importante a las instituciones incipientes para lograr su crecimiento. Queremos ayudarte a ti para que tengas más elementos para tomar las mejores decisiones con respecto a tus inversiones.
Sí, es verdad que una forma de conseguir liquidez es solicitando créditos, como los de Konfío. Pero no es la única forma. Otra manera es lo que hemos mencionado: ahorrar, ahorrar, ahorrar.
Algo cómico es pensar que la gente, incluso nuestra propia familia nos tache de “codos.” Pero hay una gran diferencia entre no gastar nuestro dinero por apego obsesivo al mismo y el tener un objetivo, una intención clara que te motiva a guardar algo de dinerito para conseguirlo en un futuro próximo. Lo primero es avaricia, lo segundó es visión.
Me permito ofrecerte un consejo, siempre guarda como ahorro al menos el 10 % de lo que ganes en un período de tiempo, dependiendo cómo lleves tu propia administración. Ya luego hablaremos de este tema, que también es muy importante. El punto aquí es que sí es muy importante que ahorres cierto porcentaje con una intención clara: reinvertir y comprar más mercancía, poner otro local, cambiarme de lugar para vender más, pagar una deuda que me está generando intereses, etc.