En los próximos días millones de japoneses darán la bienvenida a una nueva era con la abdicación del emperador Akihito, quien a sus 83 años renunció a sus obligaciones en 2018 asegurando que su avanzada edad y su delicado estado de salud le dificultan seguir en el puesto.
Este evento es muy relevante en el país del sol naciente pues se trata de la primera vez que un emperador renuncia en vida al trono en más de dos siglos. Pero no todo es negativo, con la abdicación del emperador los japoneses tendrán 10 días de vacaciones consecutivos.
Los japoneses no quieren vacaciones
¿A quién no le caen bien unas buenas vacaciones? Pero por increíble que parezca, el 45% de los japoneses se ha declarado en «descontento» con que se prolongue este año la tradicional «Golden Week» por la abdicación del emperador (27 de abril al 6 de mayo). Según un sondeo hecho por el diario Asahi, sólo el 35% está «satisfecho» con la medida.
«Confieso que con 10 días de vacaciones seguidos no sé muy bien qué hacer. Podría viajar pero estará a tope en todas partes y será caro; acabaré probablemente en casa de mis padres», aseguró a Asahi, Seishu Sato, un trabajador de Tokio.
La cultura del trabajo en Japón
Así como Seishu Sato, miles de japoneses preferirían no tener vacaciones extras y mejor acoger con total serenidad la abdicación del emperador y el comienzo de una nueva era llamada «Reiwa» (bella armonía).
Seguramente te preguntas por qué alguien no querría vacaciones extra; la respuesta está en la cultura japonesa. Entre todo lo que conforma al país asiático, Japón tiene algunas de las jornadas laborales más largas del mundo, con casi una cuarta parte de todas las empresas demandando que sus empleados trabajen más de 80 horas extras al mes.
A esto hay que sumarle que una encuesta realizada por Expedia Japón en 2017, señala que los trabajadores solo usaron en ese año la mitad de los días de vacaciones que les corresponden, y que el 63% se sintió culpable por tomar vacaciones pagadas. Esa es la clave, el respeto hacia los demás.
Para la mayoría de japoneses, tomar vacaciones significa descuidar su parte en el trabajo, algo que generará problemas a sus compañeros y será algo mal visto en su círculo social.
Pero, ¿las vacaciones son buenas o malas para las empresas?
Podrías pensar que, desde el lado empresarial, es mejor que los empleados trabajen más para así seguir con la inercia laboral sin complicaciones. Sin embargo, esa idea es errónea.
Hablando de México, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), nuestro país encabeza la lista de naciones con mayor estrés laboral. Esto para nada es positivo pues según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la irritabilidad y depresión causan pérdidas de entre el 0.5 y 3.5% del PIB a un país.
De hecho el último informe de Zafiro Software recomienda a las pymes y sus líderes que “deben de tomar en cuenta los beneficios que traen las vacaciones, no solamente a nivel personal sino también profesional”.
Está más que probado que las vacaciones no solamente incrementan la productividad de los miembros de las pymes, sino que también son buenas para mantener el equilibrio entre la vida personal y laboral de sus directivos y empleados.
Otro estudio, ahora del Instituto Nacional de Salud en Estados Unidos, afirma que 21% de las personas que toman vacaciones son menos propensas a morir de enfermedades cardiacas, mientras que las personas que no toman los períodos de receso tienen hasta un 30% de probabilidades de sufrir ataques al corazón.
Los especialistas son claros al asegurar que las pymes deben tener en cuenta que se puede tener unos días de descanso, y que si hacen un buen uso de la tecnología, un negocio no queda totalmente desatendido, que es la gran preocupación de los empresarios.