Existen diversos instrumentos de financiamiento que las pequeñas o medianas empresas pueden utilizar para poder mejorar o crecer; el arrendamiento puro y el arrendamiento financiero son dos de ellos. Y a continuación, compartiremos contigo la información necesaria, para que puedas determinar cuál es que el que funciona para tu negocio y que así logres tus metas.
Arrendamiento puro
El arrendamiento puro es la forma en que se puede gozar de un bien, necesario para la actividad, a cambio de pagar mensualmente por ello. Para los pequeños y medianos negocios, este tipo de arrendamiento incluye el de un bien inmueble, maquinaria o equipo, que en conjunto sirven para poder operar y dar servicio.
Cabe recalcar, que el modo en que funciona este tipo de arrendamiento, es mediante un plazo determinado. Y una vez que este termine y se haya liquidado el acuerdo en su totalidad, el bien seguirá perteneciendo al arrendador.
Ventajas
En materia fiscal, es un gasto que se puede deducir directamente.
Puede generar un mejor apalancamiento del negocio.
No repercutirá en gastos de mantenimiento.
Desventajas
Si el bien arrendado es tu principal herramienta, a largo plazo no será costeable.
Una vez terminado el contrato, se deben regresar los bienes.
Arrendamiento financiero
Por otro lado, el arrendamiento financiero, es el otorgamiento del derecho de uso de ciertos bienes, que se asienta en un mediano o largo plazo. Aquí, los pagos que deben realizarse están calculados de acuerdo al valor real del bien, ya que existe la oportunidad de que este pueda ser adquirido por el arrendatario, a un costo menor del real, una vez terminado el contrato de renta.
Dentro de este tipo, el arrendador representa ser el propietario legal, mientras que el arrendatario el propietario fiscal. Así cada uno de ellos, debe adjudicarse y cumplir con las obligaciones respectivas.
Ventajas
En materia fiscal, se puede registrar el amparo a las leyes de ISR e IVA.
No pierdes liquidez por la adquisición de bienes.
Los pagos se toman a cuenta para poder adquirir el bien.
Desventajas
El plazo del arrendamiento puede depender del valor del bien.
Una vez teniendo el bien, puede representar nuevos gastos.
¿Cuál puede funcionar mejor para tu negocio?
Existen tres aspectos que pueden ayudarte a evaluar tu situación y elegir, ya que de acuerdo a las necesidades y visión que tienes para tu negocio, debes tomar la decisión de si el arrendamiento puro o financiero es el más adecuado.
#1 La liquidez de tu negocio
Para comenzar, puedes analizar si adquirir el bien te generará gastos que afecten la liquidez de tu negocio. Es decir, si consideras que tener el bien representará un gasto a futuro, que puede disminuir en gran tamaño la cantidad de dinero que posees para hacer frente a tus obligaciones habituales, el arrendamiento puro puede ser la mejor opción. Esto te permitiría resguardar tu capital y además recibir la deducción del impuesto correspondiente por la renta.
#2 El rendimiento a futuro
También debes considerar, que si el bien o herramienta, representa ser indispensable para operar, sería más viable adquirirlo al terminar tu contrato de renta. Es decir, en este caso el arrendamiento financiero sería la mejor opción, ya que puedes ahorrar tu dinero, adquiriendo el bien al final del contrato por un precio menor del real y sobre todo conservarlo para tu operación diaria.
#3 La innovación en el mercado
Por último, es bueno poner en la balanza la innovación constante que existe en el mercado respecto los bienes que consideras arrendar. Ya que si estos cambian cada año o es muy probable que surjan nuevas soluciones en un corto plazo, el arrendamiento puro puede funcionar mejor.
Ahora que conoces más sobre el arrendamiento puro y el financiero, puedes tomar la decisión adecuada a las necesidades de tu negocio. Recuerda que existen diversas opciones que pueden ayudar a darle el impulso que necesita para crecer, solo debes aprovecharlas.