
Aunque estamos en la era digital entregar una tarjeta de presentación continúa siendo un elemento importante del networking. Un pedacito de papel bien hecho puede marcar la diferencia entre ser recordado u olvidado.
Conocer a una persona, hablarle de tu proyecto y despedirlo con las manos vacías es como entrar a una tienda, probarte un saco, pero no comprarlo.
Entrepreneur nos enlista 9 consejos para nuestra tarjeta de presentación:
- Apuesta por un diseño profesional: métele algo de dinero, vale la pena.
- Prioriza la legibilidad sobre la creatividad: bonito, pero claro.
- Elige sabiamente el layout: las tarjetas raras son más memorables, pero no es fácil guardarlas.
- Evita los colores chillones: lo más importante es tu información.
- Incluye múltiples formas de contacto: mail, teléfono, Skype, dirección.
- Revisa la escritura: las faltas de ortografía son muchos puntos menos.
- Nunca salgas sin ellas: llévalas en la cartera, coche, portafolio.
- Aguántate las ganas: si entregas tu tarjeta al inicio de una conversación das la impresión de desesperación. Espera a que te la pidan.
- Usa las tarjetas de otros para aprenderte sus nombres: cuando las recibas tómate unos segundos para leerla.
“Soy demasiado joven y mi proyecto es muy pequeño”
Justamente por eso te conviene más tener una buena tarjeta de presentación. Habla de tu proyecto, comparte tus ideas, ofrece tus servicios y entrega tus tarjetas (con tus datos de contacto).
Tu tarjeta será un elemento para que te recuerden. La pregunta es: ¿cómo quieres ser recordado?