El interés es el precio que se paga por el uso de un préstamo de dinero. Generalmente se expresa como un porcentaje anual sobre la suma prestada por parte de una institución financiera.
Este es visto como una ganancia que obtiene la entidad financiera al momento de otorgar créditos, siendo de alguna manera una recompensa por prestar o un pago por el servicio otorgado. En sí, es el porcentaje que el cliente tiene que pagar por obtener un préstamo de dinero.
La cantidad o el porcentaje se fija con base en las tasas impuestas por los bancos centrales de cada país, dependiendo de la seguridad de inversión que muestra cada economía, lo que es reflejo del riesgo que tiene cada país.
En México, la tasa del banco central es la de Interés Interbancario de Equilibrio (TIIE), la cual se suma al interés que pueda poner un banco sobre cierto producto, ya sea una tarjeta de crédito o un préstamo.
La tasa de interés sirve para determinar la ganancia que la financiera tendrá o para protegerse en caso de que el cliente no pague el préstamo.
Este índice tiene características importantes que nos sirven para identificarlo mejor: se mide por medio de un porcentaje; se agrega al saldo total que se debe pagar; y está predeterminado con base en lo establecido por el Banco de México (Banxico).
La importancia del contexto económico
El panorama financiero mundial y local, influye directamente en las tasas de interés, ya que puede provocar que los indicadores suban o bajen según las circunstancias.
Además de que la tasa de interés es el medio más importante que tienen los bancos centrales para conducir la economía hacia un nivel adecuado, ya que permite manejar la inflación ante ciertos eventos que afectan la actividad económica.
Por eso es que la tasa de interés te afecta directamente en la forma en la que gastas tu dinero o el de tu negocio.
Si las tasas de interés son altas, los créditos suelen costar más y, por ende, son menos solicitados. En este panorama, la demanda de productos y servicios suele ser más baja, lo que puede generar una contracción en la economía y si se sostiene de forma prolongada, se puede convertir en una recesión.
Usualmente, las tasas de interés altas se usan para combatir la inflación.
Cuando las tasas de interés son más bajas, ocurre lo opuesto; habrá mayor motivación a pedir prestado, y esto puede impulsar un crecimiento macroeconómico, pero también pueden caer en un aumento de la inflación.
Tipos de tasa de interés
Cuando contratas un producto de financiamiento, siempre se aplicará una tasa de interés a ese préstamo, pero hay dos tipos de interés que pueden ofrecerte.
- Interés variable: Estos tipos de interés suelen ser más bajos, pero están expuestos al contexto económico y pueden modificarse abruptamente durante el uso de tu préstamo. En un contexto económico incierto, pueden ser contraproducentes, ya que pueden elevarse por sobre lo esperado y darte una sorpresa no muy agradable para las finanzas de tu negocio.
- Interés fijo: Este interés queda pactado desde que firmas tu contrato de financiamiento y se mantiene así por el tiempo pactado. La gran ventaja de un crédito con interés fijo es que no se modificará con los movimientos económicos y desde un principio sabrás exactamente cuánto pagarás por el dinero que te están prestando.
Qué tipo de interés es más conveniente
Partiendo del hecho de que no podemos ver en una bola de cristal para conocer cómo se comportará la economía en los siguiente meses o años, lo más recomendable es adquirir un Crédito empresarial con tasa fija, ya que es la única manera de tener certeza de lo que se pagará durante el plazo del contrato, lo que te permite planear tus pagos y organizar tus finanzas.
Con una tasa fija tendrás la tranquilidad de que pagarás lo que acordaste desde un comienzo y no te llevarás sorpresas sin importar lo que ocurra con la economía en México o en el resto del mundo.
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