Hoy podemos encontrar en las tiendas una buena cantidad de productos de cuidado personal que usan etiquetas como orgánico, botánico o natural. Pero si hay una línea de estos productos que es fiel a esa ideología y que practica lo que predica, esa sería Rayito de Luna.
Porque la empresa mexicana nació hace 10 años, en medio de un fuerte cuestionamiento de sus fundadores por los productos cosméticos de venta masiva.
“En 2012, Ximena y yo decidimos cambiar todo nuestro estilo de vida. Vendimos el carro y comenzamos a usar la bicicleta y transporte público; a caminar mucho más; a tener hábitos más saludables. Y al mismo tiempo empezamos a hacernos muchas preguntas de todo lo que consumimos: de dónde venía, cómo llegó hasta la tienda, en qué estaba empacado, quién lo produce y quién ganaba con eso”, cuenta Omar Landa, cofundador de Rayito de Luna junto a su esposa Ximena Mora.
En esa búsqueda de productos más saludables y respetuosos con el medio ambiente, llegaron a la conclusión que era más fácil hacerlos ellos mismos para consumo propio, lo que nunca imaginaron que sería el comienzo de una exitosa línea de productos 100% mexicana.
“Comencé a hacer jabones y cremas para autoconsumo y después les gustó a amigos y familiares, y descubrimos que había una oportunidad de negocio”, cuenta Ximena.
Y así, tomando como inspiración el nombre de una canción que alguna vez cantaron a dúo en un karaoke y se convirtió en la banda sonora de su relación, nació Rayito de Luna.
El gran reto de ser verde
Pero el desafío de pasar de elaborar cremas y champús en su círculo cercano a montar un negocio y vender al público, no era menor.
Además de elaborar productos cuyo origen fuera natural, Omar y Ximena querían trabajar con envases de vidrio y provocar el menor impacto posible en el planeta en toda su cadena de producción.
“Es muy importante para nosotros ir hasta el origen de las materias primas que utilizamos, por eso trabajamos directamente con pequeños productores del campo mexicano y verificamos que sus procesos sean agroecológicos, orgánicos, amables con la tierra y que completan ciclos naturales sin usar pesticidas”, cuenta Omar.
El tema del envasado, también fue un reto, ya que significaba ir contra la corriente: “Muchos de nuestros potenciales primeros clientes nos decían que jamás íbamos a llegar a tiendas departamentales con el vidrio, pero afortunadamente hoy podemos decir que ya estamos ahí”, revela Ximena.
El primer paso
En 2016, ya con el negocio funcionando y buscando vías de expansión, Omar y Ximena reciben su primer pedido grande de un cliente.
“Era una muy buena oportunidad pero no teníamos capital para invertir. Y en México para que un banco te preste dinero tienes que tener una idea de negocio probada y por lo menos 5 años de operación”, cuenta Ximena.
“Entonces recurrimos a Konfío y afortunadamente fue todo muy rápido, nos confirmaron el préstamo en 24 horas y gracias a ese primer préstamo pudimos cubrir el pedido”, continúa Ximena.
La experiencia que tuvieron con su financiamiento fue satisfactoria y ya van por su cuarto Crédito empresarial, capital que les ha permitido equipar su laboratorio para mejorar los procesos y desarrollar su última línea de productos llamada Simple y local.
También tras convertirse en clientes Konfío, comenzaron a usar la terminal de pago para ofrecer mayores opciones a sus clientes.
“La ventaja de la terminal es que la puedes usar donde te encuentres y llevarla a todos lados, y eso hace que los clientes se puedan sentir seguros al pagar con tarjeta”, cuenta Omar.
“Los beneficios de tener todas las soluciones integradas y en una sola plataforma es que precisamente tienes un mejor control de todo, con un reflejo casi inmediato de tus transacciones y balances”, agrega Omar.
El camino del empresario
Como bien lo saben Ximena y Omar, ser empresario no es fácil, pero siempre hay consejos que pueden ayudar a superar los desafíos que se presentan durante el desarrollo de un negocio.
“Al poner un negocio pues tiene muchas cosas en contra y a veces se siente abrumador, pero hay que tener paciencia y resiliencia. Adaptarse y cambiar lo que sea necesario y seguir avanzando porque es un proceso largo”, concluyen los fundadores de Rayito de Luna, una empresa que se ocupa no sólo de cuidar tu cuerpo, sino también de cuidar al planeta.
Si quieres conocer cómo ayudamos a Ximena y Omar y a todos los empresarios y las empresarias de México, dale clic al botón y conoce las soluciones a las que puedes acceder en una misma plataforma.