La escasez de agua puede tener impactos negativos en la productividad. Ya para 2018 el Banco Mundial identificó varios aspectos que lo describen a partir de experiencias en diferentes países.
Algunos de los ejemplos se encuentran en aquellas industrias donde se requiere para el funcionamiento y mantenimiento de equipos. O el aumento de costos por falta de oferta, que podría afectar a sectores como la construcción donde el agua se utiliza como material de obra.
Los riesgos para la productividad de la empresa privada incluyen un alto espectro, entre ellos el acceso a la energía para aquellas zonas dependientes de fuentes hidroeléctricas. En el caso de México representa el 80 por ciento del suministro de energía renovable del país, de acuerdo con datos del Observatorio de Inteligencia del Sector Energético.
Panorama económico
Las pymes pueden aportar en la mitigación del riesgo en relación con la escasez. Por ejemplo, mediante la instalación de sistemas para evitar el desperdicio y reducir el consumo o a través de inversiones en equipos que les permitan captar y almacenar agua.
La preocupación de que ocurra una crisis mayor en diversas zonas del país ha provocado comentarios, adversos y favorables, sobre el uso del líquido en las actividades cotidianas y los procesos productivos de las compañías.
Incluso se ha sugerido la posibilidad de que empresas intensivas en uso de agua que buscan ubicarse en México, en el marco del nearshoring, considerarían hacerlo no en la frontera norte, sino en el sur del país. Y es que cada industria y negocio registran distintos consumos de agua, según tamaño, actividad y ubicación.
Expertos del Consejo Consultivo del Agua (CCA) han explicado que el sector primario (agricultura y ganadería) es el mayor consumidor de agua con 76%. Luego están el abastecimiento urbano con 14% y el sector industrial (empresas) con sólo el 5%.
Desde la academia se ha señalado que “el funcionamiento de las actividades económicas está intrínsecamente ligado a la disponibilidad de agua”, que un acceso limitado representa una amenaza directa a la salud pública, así como a la seguridad alimentaria, y que en los próximos años el problema tendrá mayor relevancia.
Ante ese escenario resulta conveniente que las empresas, en particular las pymes, realicen una revisión de su consumo de agua y un análisis de las opciones no sólo para prevenir el desperdicio y reducir el consumo, sino también para captar el líquido de lluvia y almacenarlo para su uso posterior. También, si es posible, considerar el tratamiento.
Ahorro pyme: agua y costos
Hasta 37% del agua se pierde en fugas y la infraestructura hídrica tiene más de 50 años de uso, según el “Programa integral para acceder al derecho humano al agua en el Valle de México 2019-2030”,
En ese sentido, las empresas pueden realizar una revisión de su propia infraestructura para reparar o prevenir fugas, así como un análisis sobre las tecnologías en las que les conviene o no invertir para reducir el consumo: inodoros de bajo consumo, mingitorios “secos”, fluxómetros, regaderas eficientes, llaves reguladas, entre otras.
Capacitación de agua de lluvia en las empresas
Existe información abundante sobre las tecnologías para la captación pluvial o “cosecha” de agua de lluvia en los domicilios, aunque se requieren determinadas condiciones para la instalación de estos sistemas.
La situación es distinta en el caso de las empresas, debido a sus diversos tamaños, actividades y ubicación que dificultan la aplicación de soluciones estandarizadas y hacen necesario el diseño de sistemas a la medida.
Sin embargo, instalar un Sistema de Captación de Agua de Lluvia (SCALL) puede generar ahorros de hasta 60% en el consumo, y si a esto se suma el uso de dispositivos eficientes los beneficios se amplían.
Tratamiento de aguas y desarrollo de tecnología
Algunas industrias deben cumplir la normatividad ambiental a nivel local y federal, para ellas tratamiento de aguas residuales es una obligación. Aquellas que lo hacen de manera correcta generan beneficios al medio ambiente, a la salud y económicos, así como a su imagen ante las comunidades donde operan.
Las empresas más pequeñas pueden optar por sistemas a su medida: menos complejos que los de las grandes industrias, pero más avanzados que los que se instalan en un domicilio.
Así se abren también oportunidades para empresas e instituciones dispuestas a diseñar, desarrollar e instalar tecnologías de ahorro, captura, almacenamiento y tratamiento de aguas, mejorando los sistemas existentes y generando soluciones a la medida de las Pymes.
Algunas empresas se inclinarán por modificar o complementar la infraestructura de sus plantas físicas, para hacer frente a la crisis actual, pero también para generar ahorros en temporadas de normalidad.
Financiamiento de proyectos
Los proyectos de este tipo varían en tamaño y el modo de financiarlo, especialmente en una situación emergente, puede ser a través de una tarjeta empresarial. De este modo se puede planificar el costo aprovechando los medios para diferir la inversión.
Si el proyecto es de mayores dimensiones, un crédito para empresas puede ser la respuesta. En algunos casos la escasez de agua podría demandar una respuesta pronta, para lo cual una opción de financiamiento de respuesta ágil, idealmente en horas desde que se solicita hasta que se reciben los fondos.
Los intereses y comisiones del financiamiento de los proyectos destinados a la empresa son deducibles de impuestos. Por lo cual la inversión que se haga durante la crisis de agua puede generar ahorros no solo en el consumo de agua, disminución de fugas, sino que se reflejarán en la declaración anual.
Adicionalmente estos proyectos disminuyen la fragilidad de las operaciones por interrupción o cambios bruscos en los costos de aquellos materiales que dependen del uso del agua.