3 consejos para mantener la calma en los problemas

Nos la pasamos pensando en cómo producir, vender, comprar más… A veces el dinero nos tiene tan ahorcados que nuestros pensamientos no cambian de tema en varios días. Este enfrascamiento es lo peor que se puede hacer para el cumplimiento de los objetivos de un negocio.

“Actualmente, muchos vivimos en ciudades con un elevado grado de contaminación, donde el movimiento es vertiginoso, donde nadie se fija en nadie. Las personas vivimos como autómatas, nos agredimos unos a otros y nos vamos perdiendo dentro de un mundo vertiginoso. Muchas veces perdemos el sentido de vida y nos mantenemos en un estado de estrés constante que redunda en nuestra salud física y mental”. (Estrategias).

La presión causada por la necesidad nos hace perder de vista el todo. La mirada perspectiva es un gran elemento para la planeación y la solución de problemas empresariales. Para eso existen las auditorías: gente externa que analiza la situación actual de otra organización y en la que encuentran áreas de oportunidad o aspectos mejorables. Es imposible que alguien inmerso en la actividad diaria de una empresa perciba todos los detalles y pueda tomar las mejores decisiones.

“Por si fuera poco, el estrés se reduce la capacidad de afrontar problemas, la energía se reduce, el sistema inmunológico baja y el envejecimiento se acelera”. (Estrategias).

La clave está en mantener un estado relajado en medio de las contrariedades diarias de la vida.

3 consejos para mantener la calma en los problemas

1. Identifica la raíz del problema

Claro que una auditoría para un negocio pequeño es algo exagerado, aunque nunca viene mal. Pero vamos a suponer que en este momento no cuentas con los recursos necesarios para llevarla a cabo. El análisis que deberás hacer es más autorreflexivo que nada. También puedes hablar con una persona de confianza que conozca tu negocio y las dificultades que está afrontando.

Tener conocimiento del problema siempre es mejor que no tener ni idea…

2. Identifica la solución

No sirve de nada saber la enfermedad si no te tomas la medicina. Si estás al tanto de un problema y no estás aplicando una solución algo anda mal. ¿Qué te frena? Córtale la cabeza. ¿Qué necesitas para solucionar tu problema? Toma esa lista y ponle fecha. Verás que todo mejora poco a poco.

3. Confía en ti mismo

Si ya sabes cuál es el problema y ya estás tomando medidas, toma un respiro y relájate. La preocupación es un factor humano que nos incentiva para dar lo mejor de nosotros mismos, no para bloquearnos. Así que usa la preocupación de forma inteligente y no dejes que ella te domine a ti.

Leave a Reply