Nunca ha sido ni será fácil empezar algo desde cero. Para todos los oficinistas que estamos acostumbrados a disfrutar la euforia de las quincenas y la depresión y hambruna al final de las mismas, es un paso muy complejo…
Pasarás de tener ingresos fijos a no tenerlos. Algo que ya sabes, pero que no consideras su impacto hasta que tu cartera y tu autoestima lo sufren. Pero no te asustes, hay más cosas buenas que malas.
En una oficina ganas 5 cada quincena. Y si cumplías decentemente con tu chamba nunca recibías menos, pero tampoco recibías más… por muy aplicado que hubieras estado en la quincena. Quizá las palmaditas de tu jefe hacían las veces de bono.
Lo bueno de tener tu propio negocio es que los límites te los pones tú. Seguramente trabajarás más porque serás el encargado de TODO. No hay jefe más exigente que tu propia ambición. Cultiva esa sana ambición para que te superes todos los días. Y si hoy vendiste 10 mañana vas a vender 12 y pasado lograrás los 14. Todos los días un poco más.
Paso 1 / Descubre una necesidad
Para asegurar el fruto de tus esfuerzos te debes meter a algo que te guste, pero también a algo que necesite la gente. Si realmente amas hacer esferas navideñas, dedícate a eso, pero no te pongas a venderlas en Semana Santa…
Tampoco es recomendable que te sumes a la ola temporal de vender los artículos de temporada: banderas de México, huevitos de Pascua, luces de bengala. No tiene nada de malo, pero ya hay suficiente competencia. Piensa en algo en donde te puedas establecer más tiempo sin necesidad de tanto cambio.
Analiza la cuadra, la zona y la calle en la que quieres estar. Busca varias opciones. Siempre hay algo que falta y que se acople a tus posibilidades. Obviamente en el Distrito Federal faltan recargadores de coches eléctricos… pero eso no está dentro de nuestras posibilidades por el momento. Sin embargo, hay cuadras que gritan de la necesidad de comida saludable y rica; de desayunos baratos y completos; de pizzas caseras a domicilio, etc.
El riesgo siempre será una realidad, lo que te permite este análisis es aminorar el riesgo y poder tomar una decisión un poco más firme basada en hechos y no tanto en imaginación.
Paso 2 / Analiza el mercado de precios y competencia
Para ponerle precio a tu torta, deberás saber cuánto cuesta la torta más cercana y qué características tiene. Si allá cobran extra por el aguacate, tú dalo gratis. Si el pan allá es muy grande tú ofrece uno más pequeño y de mejor calidad.
Sé diferente siempre sabiendo lo que aplica tu competencia. La mejor manera de saber si estás teniendo éxito es impactando en tus competidores; oblígalos a ponerse las pilas. Si te ignoran o no te voltean a ver, hay algo que no estás haciendo bien.
Paso 3 / Adáptate a tu público
Es duro renunciar a lo que creías sería el éxito de tu vida. Pero resulta que a los oficinistas no les encantan las tortas fritas con cebolla porque cuando regresan a la oficina van marcando territorio… Muy sabrosas, pero los oficinistas pensarán dos veces antes de lanzarse por la delicia culinaria. Mejor adáptate: ¿quién es tu público? ¿qué prefieren? Y ofréceles eso que quieres de una forma ingeniosa. Por ejemplo, todos los estudiantes se derriten ante las promociones… pero no abuses porque los puedes malacostumbrar.
Conoce a los que te compran para venderles más y mejor.
Paso 4 / Evalúa los riesgos
Escribe en una libreta todos los riesgos que vas a correr:
1. Endeudarte con tus proveedores.
Empezar requiere inversión, pero casi todo te lo gastarás en muebles o la primera renta del local. Seguramente algunos proveedores te fiarán, con la esperanza de que te conviertas en un cliente frecuente.
2. No vender nada.
Al inicio siempre es una dura realidad. Pasan las horas, los días y ni siquiera estás recibiendo lo de la inversión. ¡Ni siquiera para salir en ceros! Tus esfuerzos entonces tienen que enfocarse en darte a conocer: publicidad en la calle, en las oficinas, en las escuelas. Un buen anuncio, y empezar a crear buena fama poco a poco. No pierdas la esperanza tan rápido.
Todavía no empiezas, pero considera este riesgo. ¿Lo sabrás manejar?
3. Que te roben tus trabajadores.
Triste pero cierto. No les pierdas el ojo; sobre todo al inicio te verás en la necesidad de llevar todo el dinero, pero hay gente muy astuta que te come en cualquier descuido. Que no existan esos descuidos; el lobo debes ser tú.
Piensa en medidas de seguridad y rodéate de gente de mucha confianza. Sobre todo al inicio un robo puede causar tu ruina. Gánate a tus trabajadores valorándolos y dándoles responsabilidades justas. Pero no cierres los ojos.
Paso 5 / Lánzate
Ya tomaste las medidas de precaución necesarias, tu negocio te convence, se te llenan los ojos de ilusión. El miedo siempre estará ahí, que eso no te frene. Si ya lo tienes claro sólo falta tu decisión. Mucho ánimo y mucho éxito. Piensa en grande y lo serás.