México cuenta con unos 43 mil productores apícolas, 95% de ellos opera como micro o pequeña empresa, según el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).
El sector apícola mexicano representa una actividad económica con impacto en la agricultura, el comercio y el equilibrio ecológico.
El peso económico de las pymes apicultoras
Estas pymes generan alrededor de 57 mil toneladas anuales de miel, lo que posiciona al país como el noveno productor mundial y tercero en América, después de Argentina y Canadá, indica el SIAP.
En términos de valor económico la producción de miel genera más de 2,800 millones de pesos anuales en el mercado interno. Los estados con mayor actividad son:
- Yucatán (25% de la producción nacional)
- Campeche (15%)
- Chiapas (12%)
- Jalisco (9%)
- Veracruz (7%)
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Mercado internacional
México exporta cerca del 50% de su producción de miel. De ese porcentaje 6 de cada 100 unidades van a la Unión Europea y 3 de cada 100 a Estados Unidos.
En 2023 las ventas al exterior alcanzaron 34 mil toneladas, con un valor aproximado de 120 millones de dólares. Alemania, Bélgica y Reino Unido concentran el 70% de las compras europeas.
El 85% de la miel exportada proviene de pymes apícolas organizadas en cooperativas o sociedades de producción rural. Este modelo permite acceder a certificaciones internacionales como la denominación de origen de la miel yucateca o los sellos de producción orgánica.
El mercado de la miel mexicana tiene un panorama favorable de crecimiento ya que este producto está protegido por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), lo que lo exime de aranceles al ingresar al mercado estadounidense . Esta ventaja arancelaria fortalece la competitividad de las pymes apícolas mexicanas y facilita su expansión en el mercado internacional.
Contribución ambiental y social
La apicultura juega un papel clave en la polinización de cultivos. La actividad contribuye directamente a la producción de 45 variedades agrícolas, incluyendo aguacate, almendra, calabaza y manzana, estiman estudios del Colegio de Posgraduados. El valor económico de esta polinización supera los 12 mil millones de pesos anuales, según Colpos 2022.
En el ámbito social, la apicultura emplea de manera directa a más de 100,000 personas en zonas rurales, según cifras de la Secretaría de Agricultura. Alrededor del 30% de estos empleos son ocupados por mujeres, porcentaje que aumenta cada año gracias a programas de capacitación especializada.
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Principales desafíos del sector
Variaciones en el mercado internacional
El precio internacional de la miel presenta fluctuaciones de hasta el 20% entre temporadas. En 2023, el valor por tonelada exportada cayó un 12% respecto al año anterior, afectando los márgenes de utilidad.
Cambio climático
El incremento en temperaturas y alteraciones en los patrones de lluvia han reducido la producción por colmena en un 15-20% en la última década, según estudios del INIFAP. Los estados del norte reportan los mayores impactos.
Acceso a financiamiento
El 70% de las pymes apícolas opera con recursos propios o créditos informales. Solo el 15% accede a instrumentos financieros formales, según la Encuesta Nacional de Financiamiento a las Empresas 2023. La falta de garantías y el desconocimiento de productos crediticios son las principales barreras.
Esto limita su capacidad para invertir en equipo, expandir operaciones o cubrir necesidades inmediatas de capital de trabajo, especialmente en temporadas de baja producción o precios internacionales inestables.
Perspectivas y oportunidades
El mercado global de miel orgánica crece a una tasa anual del 8%, según datos de la FAO. México tiene potencial para captar mayor participación en este segmento, actualmente dominado por Brasil y Argentina. La diversificación de productos derivados (propóleos, jalea real, cera) representa otra área de oportunidad con márgenes más altos que la miel tradicional.
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Las pymes apicultoras mexicanas enfrentan retos complejos pero operan en un sector con demanda creciente y valor agregado potencial. Mejorar los canales de comercialización, adoptar prácticas sostenibles y acceder a financiamiento especializado podrían fortalecer su competitividad en los próximos años.
