¿El cambio climático afectará las inversiones?

Cuando hablamos del “cambio climático”, a menudo pensamos en las consecuencias que este tendrá sobre nuestras vidas, todo visto desde el lado social y de supervivencia; sin embargo, pocos han sido los que han pensado en los cambios que provocaría en la economía mundial.

El cambio en la forma de hacer negocios

Desde hace algunos meses Robert Gibbins, uno de los inversionistas más reconocidos de Europa, se ha dado a la tarea de recorrer el mundo con el objetivo de asistir a las conferencias científicas más importantes.

Cada ponencia, sin importar si era en Estados Unidos o Asia, tenía un tema en común: el cambio climático.

Según contó a Forbes Robert Gibbins, en cada conferencia a la que él asistía podía ver a políticos, científicos o activistas, pero nunca “vi a ningún otro inversor ahí”.

“Eso aturde pues el cambio climático es algo que tenemos que incluir en cada análisis, en cada inversión”, dice Robert Gibbins a Forbes.

El reconocido inversor cuenta que la mayoría de personas piensa, o espera, que el calentamiento global es algo que sus hijos o nietos tendrán que tener en cuenta, pero no se puede estar más equivocados.

Al contrario de esa creencia, el fundador de 49 años de Autonomy Capital (5.5 mil millones de dólares en activos) piensa que el cambio climático está ocurriendo ya y nadie le está poniendo la más ligera importancia.

El negocio del cambio climático

Al igual que muchos inversores exitosos, Gibbins estructura cada una de sus apuestas; sin embargo, lo que lo diferencia de los demás es que sus fondos de cobertura están basados en la apuesta de que el mundo se está sobrecalentado.

Forbes cuenta que bajo esa apuesta, Gibbins ya ha ganado mucho dinero apostando en los contratos europeos de captación de carbono.

Ese esquema de negocio ha llevado a Robert a que su fondo destaque en la industria arrojando un 12.85% neto de comisiones anualizado desde su inicio en noviembre de 2003, en comparación con el 8.9% para el índice S&P 500.

Lo que viene en los negocios

Roberto Gibbins cree que, en un futuro no muy lejano, muchos países tendrán un auténtico dolor de cabeza gracias al cambio climático.

La lógica de ese inversor es que si un país es ahora un caso perdido, la tendencia es que sólo logrará empeorar a medida que los mares sigan subiendo y otros cambios acelerados golpeen con fuerza.

“Ya no es suficiente crear una camiseta barata, un auto o un semiconductor”, dice a Forbes Robert Gibbins.

Es por eso que desde hace meses Robert se ha dedicado a reunirse con burócratas locales, periodistas y ejecutivos para saber cómo se toman las decisiones y cómo funcionan las instituciones locales, y si pueden manejar desafíos como el cambio climático.

Es así como este inversor planteó una situación y ha analizado diversos mercados en busca de una solución que le sea muy redituable en el futuro.

Un ejemplo es la política de Estados Unidos encabezada por Donald Trump, presidente que hace unos meses tomó la decisión de retirarse del acuerdo climático de París.

Lejos de ser preocupante, Gibbins anticipa que Estados Unidos eventualmente tendrán que tomar una iniciativa con Europa para un acuerdo global que limite las emisiones de carbono y penalice a los países que no cumplan.

Si eso sucede, Gibbins piensa que las grandes reservas de petróleo, como Exxon, o las monedas de las naciones adictas al petróleo, como México o Nigeria, serán más vulnerables, siendo eso una oportunidad única de negocio.