Pymes y nuevas formas de trabajo

La pandemia por Covid-19 aceleró la adopción de nuevas formas de trabajo que parecían temporales, pero que se han normalizado, afinado y pueden generar ahorros, mayor productividad y mejores resultados para las pequeñas y medianas empresas (pymes).

Las nuevas formas de trabajo pueden aplicarse de manera conservadora o drástica, provisional o permanente, en toda la empresa o en algunas áreas. Pueden estar sujetas al giro y tamaño de cada pyme.

No obstante, el avance favorable de estas medidas pasa por asimilar cambios en la cultura dominante en las empresas, valorar la flexibilidad en las organizaciones y puede requerir capacitación e inversiones en tecnología.

Es necesario también delimitar algunos aspectos para mantener el equilibrio adecuado entre la vida personal y laboral, cuidar lo que establecen los marcos regulatorios y vigilar el cumplimiento de los objetivos de tu pyme.

Sin embargo, los ahorros y beneficios tanto para las empresas como para los colaboradores pueden ser sobresalientes si se encuentra una forma de trabajar a la medida del negocio y que se refleje al final en resultados positivos.

Cada  pyme puede proyectar cuáles nuevas formas de trabajo puede aplicar, pero los análisis coinciden en ámbitos en los que casi todos los negocios pueden encontrar oportunidades.

Trabajo remoto, presencial e híbrido

La pandemia obligó a una gran cantidad de empresas a recurrir al home office y esto hizo pensar que sería lo normal para la mayoría de las empresas en el futuro. Pero al quedar atrás la emergencia sanitaria y comenzar el regreso a los centros de trabajo el modelo híbrido es cada vez más común.

Hasta 10.6% de los empleos en el país pueden realizarse desde casa, como lo explica el Banco de México (Banxico). Otras organizaciones encontraron que a los trabajadores mexicanos les gustaría hacer home office 3 días a la semana, lo que se suma a que hoy existen mejores herramientas tecnológicas para el trabajo, la comunicación y colaboración entre equipos.

De esa manera las pymes pueden ofrecer a sus colaboradores trabajar en la oficina, en su casa o el lugar que prefieran, incluso combinar estas alternativas. Los ahorros más evidentes para la empresa serían en espacio y consumo de energía, mientras que para el trabajador estarían el tiempo y los costos de traslados.

Se ha observado que el mercado de oficinas está cambiando, pues hay una reducción “en la demanda de espacios tradicionales con contratos a largo plazo y un aumento en la demanda de espacios flexibles y a corto plazo”.

Mercado laboral y adaptación del horario

Junto con la posibilidad de optar por el trabajo remoto, presencial e híbrido, las empresas pueden contemplar que sus colaboradores elijan los horarios que más les convengan, cuidando que se cumplan los objetivos de la empresa y evitando un desequilibrio entre su vida personal y laboral.

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Esta es una medida que podría beneficiar especialmente a mujeres, quienes tienden a pausar sus carreras profesionales por realizar cuidados de sus hijos y 9 de cada 10 dejan el mercado laboral por este motivo de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

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Otros estudios han encontrado que la flexibilidad es un aspecto muy valorado y se convierte en un “imán de talentos”, lo que permite tener una plantilla más estable. Esto a su vez genera otros ahorros si se toma en cuenta que el costo promedio de una desvinculación laboral alcanza aproximadamente 200 mil pesos.

Una alta rotación afecta la imagen de una empresa por la poca capacidad para retener a su personal y puede significar una pérdida de hasta 150% más del valor del puesto de trabajo.

Productividad en las empresas del futuro

Las empresas del futuro recompensarán los resultados, lo que aumentará la productividad, de acuerdo con Peter Thomson, coautor del libro “Future work”. En su opinión, se creará una “cultura de horarios reducidos”, donde los colaboradores que tarden menos en realizar una tarea y serán considerados más productivos los que inviertan menos horas.

Los colaboradores, agrega Thomson, aceptarán ser valorados por los resultados y no por un número de horas no necesariamente productivas, mientras que el éxito de los directivos se medirá por su capacidad de alcanzar resultados con menos empleados y un presupuesto más reducido.

Las nuevas formas de trabajo en las empresas pueden ensayarse, implementarse de manera gradual, medirse, ajustarse, incluso dar marcha atrás en los casos que sea necesario, pero la oportunidad está a la vista.

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