Taxistas paralizan la CDMX: van contra Uber y Didi

Tal y como lo adelantaron hace una semana, este lunes la Ciudad de México se ha visto paralizada desde muy temprano gracias a miles de taxistas que han bloqueado las principales arterias de la capital, todo con el objetivo de que el Gobierno expulse las aplicaciones de transporte.

El Centro Histórico y el caos de los taxistas

Como ya es costumbre en las protestas de la CDMX, el Centro Histórico se convirtió este lunes en el punto de reunión de los integrantes del Movimiento Nacional de Taxistas.

Fue desde las 5 de la mañana que los trabajadores comenzaron a concentrarse en la explanada del Zócalo estacionando sus unidades frente a Palacio Nacional y Catedral Metropolitana.

Ahí los taxistas instalaron un pequeño templete, en donde hicieron sus demandas, junto a mantas y cartulinas en donde exigen un alto a empresas trasnacionales que ofrecen el servicio de transporte como Uber, Cabify o Didi.

¿Cómo ha sido la circulación en la CDMX?

Debido a la presencia de cientos de taxistas en las inmediaciones de Plaza de la Constitución, las autoridades de la capital informaron que desde las 7:30 de la mañana la circulación se encuentra cerrada al paso de los automóviles.

Pero los taxistas no sólo se encuentran en el Zócalo. La Secretaría de Movilidad informó que otro importante grupo de manifestantes se encuentra bloqueando con sus vehículos Paseo de la Reforma y Lieja con dirección al oriente.

Mientras que otro segmento de manifestantes también obstruyen Avenida de los Insurgentes con dirección al sur. Estamos hablando de tres de las avenidas más transitadas de la Ciudad de México.

¿Por qué los taxistas no quieren a uber?

El fenómeno de los taxis tradicionales contra las aplicaciones de transporte no es nuevo, ni propio de México. Desde que empresas como Uber o Didi existen, taxistas de diferentes partes del mundo se han manifestado en contra debido a la “desigualdad” entre los dos servicios.

Uno de los argumentos más usados por los taxistas mexicanos es que, basándose en la Ley, las empresas de transporte por aplicación violentan el reglamento de movilidad, en el cuál se establece que ningún auto puede prestar el servicio de taxi si no cuenta con una concesión, lo cual terminaría siendo una multa y en algunas ocasiones hasta cárcel.

Y es que para ser taxista en México no basta con tener un auto y ya. Desde siempre las personas interesadas en tener un taxi deben cumplir con requisitos como concesión, placas, revista, tarjeta de circulación, tarjetón, entre muchos otros más.

Con todos esos requisitos, más la compra de un vehículo básico, la inversión inicial para tener un taxi en la CDMX es de aproximadamente 280 mil pesos. Sin embargo, con el paso de los meses la inversión sigue pues hay que seguir pagando impuestos, gasolinas, tenencia, verificaciones, etc.

Es por eso que los taxistas están en contra de las aplicaciones de transporte pues a diferencia de ellos, trabajadores de Uber o Didi no tienen la obligación de pagar todos esos requisitos, situación que pone en grave desequilibrio la competencia leal, argumentan.

Otro de los argumentos más fuertes de los taxistas contra las aplicaciones es que se trata de un “monopolio” en donde empresas como Uber “pretenden acaparar el servicio de transporte y poco a poco privatizarlo”.

Uber sí ha sido expulsado de otros países

Como te dijimos al principio, esta rencilla entre taxistas y aplicaciones no es nuevo, ni propio de México. Ha habido otros casos en diferentes partes del mundo en donde los taxis han salido victoriosos por la vía legal.

Uno de los casos más sonados fue en febrero de 2019 cuando Uber y Cabify anunciaron su salida de Barcelona.

La medida se dio luego de que la Generalitat aprobara un decreto que obliga a las plataformas que funcionen con coches VTC, que haya un mínimo de 15 minutos de precontratación, además de eliminar la geolocalización de sus apps (el usuario no puede ver dónde está el coche hasta que no haga la reserva).

Otro caso se dio en marzo de 2017 en Dinamarca, un país en donde Uber tenía dos mil conductores y alrededor de 300 mil usuarios.

A pesar de ese gran mercado una nueva ley del taxi obligó a los vehículos a ir equipados con taxímetro y sensores de ocupación, requisitos que obligaron a la app a marcharse pues su modelo no negocio no simpatizaba con esas medidas.

Otros países y ciudades en donde empresas como Uber han tenido que marcharse son Hungría, Turquía Bulgaria, Brno (la segunda ciudad más grande de la República Checa), Londres, Alemania (menos Munich, Düsseldorf y Berlín) y parcialmente en Italia, Francia, Finlandia y Holanda.