Si eres de los que usan lentes, seguro sabes lo complicado que puede ser cambiar de armazón o graduación, y no hablemos de lo costoso que puede ser si también buscas que esos anteojos tengan buena calidad y diseño.
Es una realidad que antes tener unos buenos lentes era todo un desafío, pero como en cada problema, siempre hay una solución esperando a un emprendedor preparado. Ese es el caso de Mariana Castillo, una joven mexicana que aprovechó los “dolores” que su necesidad de tener lentes le causaba.
¿Cómo nace Ben & Frank?
Mariana estudiaba un MBA en la Universidad de Chicago, en Estados Unidos. Un día se dio cuenta que ya llevaba varios años con los mismos lentes por lo que decidió que era momento de cambiar su modelo.
Ella sabía lo tortuoso que podía ser comprar lentes en tiendas físicas, por lo que optó por usar el Internet para facilitar su búsqueda. Ya en la web Mariana buscó y buscó, encontrando así no sólo sus lentes nuevos, sino una gran oportunidad que cambiaría su futuro.
En algunas entrevistas Mariana Castillo cuenta que en su búsqueda halló una página en donde vendían lentes y de ahí se le ocurrió llevar la idea a México, donde no existía este tipo de negocio.
Así fue como nació Ben & Frank, un sitio de venta on-line de lentes de calidad y diseño, a bajo costo que brinda a sus clientes procesos de selección cómodos y seguros para el usuario.
Pero la empresa no se trataba sólo de Mariana, quien hoy es CEO de la compañía. Junto a ella se unieron tres jóvenes que hoy en día también dirigen la empresa que comenzó a vender en agosto de 2015: Eduardo Paullsen, Beni Pérez y María José Madero.
¿Cuáles fueron los retos?
En este punto hay que ser claros, cuando una empresa nueva entra en el mercado su posicionamiento es a veces complicado. Ese era el reto de estos jóvenes mexicanos, posicionar una marca que vende lentes de gran calidad a un bajo precio.
Una de las dudas más comunes que surgieron en la conformación de clientes era ¿cómo alguien logra ofrecer un precio 50% menor que el de las ópticas tradicionales?
La respuesta para esto nace del modelo que maneja Ben & Frank, quien decidió eliminar por completo las comisiones que se llevan las distribuidoras de la marca pues son esos intermediarios los que encarecen el producto.
Otra forma de abaratar los costos es que la empresa diseña sus propios armazones y los fabrican en Asia. Las micas, por su parte, se mandan hacer en un laboratorio en México.
Si lo piensas bien, la fórmula es sencilla, pero ¿cómo le explicas todo eso al cliente? Para eso los jóvenes comenzaron a estructurar un completo business plan que incluía crear una marca alrededor del modelo de negocio y enfocarse en un segmento del mercado.
Fue así como Ben & Frank decidió irse por jóvenes de entre 20 y 35 años, que compran por Internet e interactúan en redes sociales, y que no quieren gastar demasiado en sus lentes pero sí verse bien y a la moda. Analízalo, la empresa supo detectar bien a quién quería llegar.
Las oportunidades de ecommerce
Así como Ben & Frank, cientos de nuevas empresas han comenzado a explotar al máximo el ecommerce.
Cifras ofrecidas por la Asociación Mexicana de Internet (Amipci), detallan que el valor del mercado por Internet, en 2015, ascendía a más de 162 mil 100 millones de dólares, casi el doble que en 2012 cuando valía 85 mil 700 millones.
En México se estima que el valor del comercio electrónico ya supera los 257 mil 090 millones de pesos y estas cifras siguen creciendo año con año.
Ben & Frank sigue creciendo y tú puedes hacer lo mismo
Gracias al éxito que ha tenido la marca, este año Google anunció que Ben & Frank y otras 9 startups formarán parte de la primera clase de Google Launchpad Accelerator.
Estas empresas, originarias de México, Argentina, Colombia y Chile, participarán en un proceso de tres meses donde se les ayudará, a través de mentoría intensiva, a desarrollar y superar sus desafíos tecnológicos, principalmente en inteligencia artificial, Machine Learning, Android, Google Cloud Platform y soluciones web (Progressive Web Apps, Accelerated Mobile Pages, entre otras).
Lo que nos enseña esta historia es que siempre debes pensar que si tienes una idea, esta siempre es buena y tiene un valor, pero si no planeas, prevés y ejecutas bien, puede dejar de tener valor.