Toda decisión importante conlleva algunos miedos e incertidumbres. Si no fuera así, sería una decisión sencilla que cualquiera tomaría. Pero no, no todos se animan…
Primer miedo al SAT
Darme de alta y no tener clientes para facturar. Si te estás planteando la posibilidad de darte de alta en el SAT es seguramente porque alguno de tus clientes te mencionó el tema. Si es una factura grande ni lo piensas, como ya se ha hablado antes. Pero si es una cantidad muy pequeña, te da más flojera o miedo todo el trámite y decides perder esos pocos pesos para evitarte la pena.
Pero no estarías actuando de la forma más sabia. Empezar con poco es de grandes. Es idílico imaginarte facturando miles de pesos de un día para otro. Ojalá sí, pero si no sucede no te desanimes; es normal.
Recomendación: da el paso y date de alta en el SAT si un cliente te lo pide, por muy pequeño que sea. El trámite es algo tedioso por las filas y la pérdida de tiempo, pero solo lo harás una vez y los beneficios pueden ser cuantiosos. No te cierres las puertas tú mismo. Piensa en grande.
Segundo miedo al SAT
Pagar muchos impuestos y reducir mis ingresos. Esto no va a suceder porque al momento de registrar tus ingresos y tus egresos en el SAT, estás abriéndote nuevos caminos para obtener más clientes y nuevas fuentes de ingresos.
Sí, es verdad que tendrás que facturar tus gastos y estar al pendiente de tu contabilidad. Algo de lo que no te preocuparías si siguieras como negocio informal. Todo crecimiento es algo doloroso e implica algunos cambios. Si tu negocio sigue creciendo llegará el momento en que necesitarás contratar a alguien que le eche un ojo a tus números. Por muy buen administrador que seas, necesitas apoyo en cuestiones operativas porque como dueño siempre tendrás cosas más importantes que hacer.
Tercer miedo al SAT
Queremos ganar más dinero, pero no queremos crecer. Una contradicción que nos negamos a aceptar.
Da el paso. El miedo es una realidad humana que nos ayuda a ser prudentes y tomarnos las cosas con precaución. Pero no es para frenarnos o impedirnos la acción. Tomar el miedo por ese lado sería caer en un error común de las personas cortas de visión.
Utiliza todas las herramientas que tengas a tu alcance para crecer. Aquí te hemos presentado una: las facturas.