Cuando comenzamos nuestro negocio, hay muchas cosas que no sabemos cómo manejar, o quizás adoptamos por intuición comportamientos que nos son ideales para el crecimiento de nuestra empresa, como no separar los gastos.
Uno de ellos es no separar las aguas entre negocio y persona, es decir, mezclar los gastos (y ni hablar de la vida personal, pero ese es otro tema) que corresponden a tu empresa con tus gastos personales. Muchos expertos en finanzas creen que es clave separar ambos mundos para una administración más eficiente y clara del negocio.
Porque si no separas los gastos, cómo sabrás realmente qué utilidades tuviste o quizás cómo podrás identificar si no estás usando dinero de tu empresa en comprar algo personal. Puede enredarse todo un poco, por eso es vital el orden y tener claro qué es gasto personal y qué es gasto empresarial.
Ordena los gastos de tu empresa
Primero es importante, por obvio que parezca, definir los tipos de gastos. Gastos personales son todos los gastos que haces para ti, y que no tienen nada que ver con tu negocio. Puedes considerar la renta de tu casa habitación, las compras de despensa para ti y tu familia, unas vacaciones o ese nuevo reloj que querías.
Los gastos de tu empresa, son todos aquellos gastos que tienen que ver con el funcionamiento de ésta, como pagos de nóminas, compras de productos o materiales, transporte y logística, incluso el manejo de las finanzas y todo lo necesario para que funcione. Incluye la renta de una espacio de bodega u oficina, gastos propios del negocio, puede ser alimentación para el personal, productos de limpieza, de oficina, o de transporte.
Una de las grandes ventajas de separar ambos tipos de gastos es tener una contabilidad no sólo clara, sino que transparente. Es decir, poder identificar fácilmente gastos de la empresa, y no mezclarlos con tus gastos propios, porque llevar una cuenta mental o confiar en la buena memoria no es recomendable.
La lección es clara: hay que separar los gastos, son dos mundos independientes. Mientras más claros estén ambos, mayores posibilidades tienes de triunfar en ambos.
Cómo separar los gastos personales
La realidad muestra que 8 de cada 10 emprendedores usa una tarjeta personal para fondear los gastos de su misma empresa. Esto habla de una realidad bastante evidente; al empresario le cuesta hacer el ejercicio de separar gastos. Pero eso no quiere decir que no sea posible.
- Lo primero es ordenar las cosas para poder empezar. La recomendación es hacer un balance de las cuentas de tu negocio para conocer el estado actual. Si te resulta más fácil puedes buscar una firma que se dedique a esto o a un buen contador que te pueda orientar para saber cómo están tus ingresos y egresos. Ya con esto tendrás un panorama general de tus finanzas. La idea también es cortar de raíz cualquier inyección de dinero personal para fondear tu negocio y viceversa.
- Genera un presupuesto de tu negocio y, por qué no, de tus gastos personales igualmente. Necesitas tener claro por dónde fluye el capital de tu empresa, en qué se gasta y en qué se ingresa. Haz un balance general y define tus metas, así sabrás cuándo invertir y cuándo ahorrar.
- Si hay un balance negativo busca una solución factible e intenta que todos los recursos provengan del mismo negocio. Puedes ajustar el presupuesto, hacerlo más eficiente e incluso, pedir un crédito empresarial para hacerlo crecer. Es importante que evalúes tu propio salario, debe ser realista y estar dentro del estándar del mercado en el que te desempeñas. Si es necesario ajustarlo, es un buen momento para hacerlo.
- Una excelente forma de no volver a mezclar tu presupuesto con el de tu empresa es pedir una tarjeta de crédito empresarial, la que te permita tener en orden los gastos que son propios del negocio. Y si necesitas que más integrantes de tu equipo paguen, puedes solicitarles tarjetas empresariales adicionales.
Con estos consejos, que son en los que coinciden la mayoría de los contadores y mentores de negocios, podrás tener una claridad mayor y poder seguir operando tu negocio no sólo para que se mantenga a flote, sino que para verlo crecer.