Cuando alguien acude a una institución financiera a solicitar un crédito, sea del tipo que sea; el monto se le otorga con una tasa de interés ya sea fija o variable. Lo más conveniente es que te presten bajo la primera modalidad porque la tasa es exactamente la misma durante toda la vida del crédito, no así cuando esta es variable.
La tasa de interés que te cobra un banco en un crédito es el monto que tienes que pagar a quien te presta por usar el dinero que te están dando, entre más alta mayor será el costo.
Tasa de Interés variable
La tasa variable generalmente está indexada a la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE) la cual emite el Banco de México; es utilizada por los bancos como referencia para sus operaciones de crédito. Es decir; el banco toma el valor de la TIIE y le suma un porcentaje adicional; esto lo establece en tu contrato indicándote que tu tasa variable será de la TIIE + un porcentaje. Por ejemplo 5%. Tomando este caso, actualmente la TIIE a 26 semanas está en 3.36 % + 5 %= 8.36% sería la tasa que pagarías por un crédito bajo estas condiciones.
Existe una modalidad de tasa variable denominada con tope, esto significa que desde el momento que firmas el contrato se establece lo máximo que puede alcanzar la tasa de interés; y por más que la TIIE llegase a ser más alta que este porcentaje te deben respetar la tasa máxima pactada desde un inicio.
No hay que perder de vista que este es un valor que se calcula diariamente para plazos de 28, 91 y 182 días y que refleja las condiciones del mercado de dinero en moneda nacional. Esto implica que la tasa puede cambiar en cualquier momento dependiendo de la situación económica del país y aumentar o disminuir el monto que debes pagar por intereses.
Una tasa variable es preferible cuando se habla de rendimientos e inversiones, sobre todo en estás últimas porque tienes la posibilidad de que al ser variable; aumente y generes mayores ganancias, claro asumiendo el riesgo de que puede existir una disminución que conlleve a pérdidas.
Pero en el caso de los créditos lo mejor es que la tasa sea fija y no variable por:
- A tasas variables no tienes la certeza de cuánto debes; de cuánto serán tus mensualidades futuras y en cuánto tiempo vas a liquidar la totalidad del adeudo
- El monto de lo adeudado fluctúa y encarece tu crédito
- Cuanto más largo sea tu crédito más posibilidades existen de que la tasa se modifique
- Es muy difícil que la TIIE baje, más bien la tendencia es que sufra incrementos
- Si tu nivel de endeudamiento ya está muy cercano al 30% de lo recomendado; lo mejor es no contratar créditos a tasa variable porque es muy probable que sobrepases el nivel adecuado de deuda
Si vas a contratar un crédito a tasa variable; asegúrate de aclarar cuál es el mecanismo que se aplicará para efectuar la modificación de la tasa y con que frecuencia se realizará el cambio.
No todo es malo
Bueno, no todo es malo con las tasas variables. En ciertos créditos hipotecarios se recomiendan para amortizar más rápido los prestamos. Aunque cabe aclarar que; son productos para personas con muy buenos ingresos y lo más probable es que la variabilidad de la tasa tenga un tope máximo.
Hay una tasa que se denomina tasa mixta, que se compone de tasa fija y tasa variable. Funciona con una combinación de ambas; en un inicio es normal que la tasa sea fija y posteriormente se aplica una variable o variable con tope.
La tasa de es un concepto que debes considerar desde la apertura del crédito y que determinas desde la contratación. Revisa tu contrato para cerciorarte el tipo que aplicará y evalúa los riesgos que conlleva que esta fluctúe.