¿De qué manera puede aprovechar una empresa la percepción de confianza en el sector privado? Los indicadores de confianza empresarial son herramientas para tomar decisiones sobre el momento adecuado para crecer, para invertir o para contratar.
La confianza es la base sobre la que se construyen nuestras leyes y contratos, señala Harvard Business Review. Es la razón por la cual, continúa la publicación, intercambiamos dinero por bienes y servicios.
Con el índice de confianza empresarial las pymes pueden tener un termómetro para tomar las decisiones que hagan crecer sus negocios y saber si es un buen momento para asumir proyectos más grandes, ampliarse o buscar financiamiento. La clave está en el optimismo.
Para interpretar los datos vale tener en cuenta que el indicador de confianza empresarial (ICE) es un índice de difusión, en el que se considera “optimismo” cuando éste está por encima de los 50 puntos y “pesimismo” para el caso contrario.
Confianza empresarial en México
La confianza empresarial en México (ICE) alcanzó máximos históricos el año pasado de acuerdo a información publicada por el INEGI.
Tal habría sido el nivel de optimismo por el sector empresarial, que desde que se publica información (2017), nunca antes se había visto que el indicador estuviese por encima del nivel de 50 puntos para un año completo.
De acuerdo a los datos proporcionados por la Encuesta Mensual de Opinión Empresarial, los empresarios mexicanos estarían bastante abiertos y optimistas sobre las posibilidades de inversión en sus negocios. En caso excepcional en este optimismo es el sector manufacturero:
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Es normal que para este tipo de índices los valores se encuentren en terreno de “pesimismo”. Sin embargo, es positivo que los niveles de optimismo respecto a inversión estén aumentando de manera considerable para los sectores económicos (con la excepción del sector constructor).
A nivel más detallado, los sectores de fabricación y operación de transportes serían los más optimistas de la economía mexicana – con ambos registrando importantes incrementos en sus indicadores económicos; y con gran dependencia del sector pyme.
Oportunidad para invertir en el negocio
El contexto actual genera un ambiente de estabilidad. Oportunidades como el Nearshoring pueden resultar favorecedoras para las pymes que están en su cadena productiva, incluso para vincularse a ella.
Se trata de un contexto que se percibe como de bajo riesgo o, al menos en el caso de México, un menor riesgo del que se ha tenido registro en años anteriores. Las empresas suelen aprovechar el momento para ampliarse, sea abriendo sucursales, diversificando sus líneas de negocio o contratando personal o servicios.
En cualquiera de los casos anteriores una pyme debe identificar si se trata de una inversión recurrente o de una inversión de una sola vez y con base en ello elegir el producto financiero que mejor responda a su necesidad.
Por ejemplo, si es un gasto recurrente, una tarjeta de crédito empresarial podría ayudar a que dicho gasto se pueda alinear con las fechas de ingreso y las fechas de gasto, de tal manera que la inversión pueda mantener la liquidez y, adicionalmente, como en el caos de Konfío, facilitar el control del gasto.
Si se trata de un proyecto grande, que suele ser una inversión de una vez (hasta que surja otro), los anticipos pueden gestionarse con el Crédito Empresarial. Es decir, darle un turbo de financiamiento a la empresa para alcanzar las metas que se proponga en un contexto de confianza como el que se está viviendo.